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La historia empieza con una ciudad desolada, sin agua, sus habitantes arrepentidos piensan que no deberían haberla malgastado de manera excesiva. Ahora que la necesitan, solo hacen que quejarse y pensar en cómo la podrían haber utilizado correctamente.
Un viajero inesperado procedente de tierras lejanas, aparece para dar un concierto en ese pueblo. La gente al enterarse, decide ir a la plaza del pueblo; muertos por la curiosidad se preguntan quién querría hacer un concierto en un lugar como este. Al escucharle cantar, se tapan los oídos ya que no es del agrado de sus habitantes.
Pero los lugareños se percatan de que su canto no es más que un reclamo para las nubes y que empieza a llover tras esa espantosa canción. En ese momento, el músico sonríe y empieza a organizar las nubes como si de una gran orquestra se tratara. El ruido que provocan las diferentes nubes con la lluvia origina una bonita melodía.
El pueblo tras ver tal acontecimiento estalla de alegría y desde entonces los habitantes deciden no volver a malgastar el agua.