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Aunque el agua cubra casi el 70% del planeta, parece que la preocupación de un niño sigue siendo válida: ¿qué pasó con el agua?
A los venezolanos nos ha tocados, desde hace muchos años, ser testigos del deterioro de nuestra calidad de vida: nos hemos adaptado a los irregulares horarios del suministro del agua, hemos vivido el deterioro de nuestro entorno físico y social, se nos ha exigido como país la austeridad en todo sentido y al “racionamiento” lo llaman “mantenimiento” desde hace más de una década.
Con cada vez mayor frecuencia vemos como las características del agua que nos suministran ha desmejorado. El color del agua para consumo humano que recibimos es fácilmente comparable con los colores que se pueden observar en los ríos donde desembocan aguas sucias sin ningún tipo de tratamiento y que además, colindan con sitios de esparcimiento familiar, de acceso público, en donde solo permiten tomar fotos y grabar incluso fiestas infantiles que se llevan a cabo a pocos metros del río, siempre y cuando… no lleves un trípode ¿Parece exagerado?
El color no miente, y hay sitios donde la gama de colores que sale de la tubería se inclina hacia el amarillo, el verde como en este caso, y en ocasiones, a lo que denominamos en Venezuela como el color “negro petróleo”.